En los últimos días de julio, el Alcalde Auxiliar de la aldea Vuelta Grande, en el departamento de Sacatepéquez, se ha visto en la necesidad de salir al paso de declaraciones falsas que han hecho uso de su nombre.
Dichas declaraciones surgen de nuevo desde la organización de la Coordinadora de Comunidades afectadas por Trecsa, la misma que continuamente ha generado campañas de desinformación en torno al papel de la empresa Trecsa en el departamento de Sacatepéquez.
La coordinadora sigue difundiendo información falsa acerca de: investigaciones que no se están llevando a cabo, el apoyo de funcionarios que en realidad no quieren siquiera ser vinculados con ellos, y consecuencias ambientales producidas por la empresa que son a todas luces inexistentes, puesto que Trecsa trabaja con el Instituto Nacional de Bosques (INAB), el Instituto de Antropología e Historia (IDAEH), el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), y el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP).
El alcalde Culajay ha dicho en una entrevista que no tiene, ni ha tenido nada que ver en ningún momento con la Coordinadora y sus dirigentes, y que no está a favor de acusar a empresas privadas de cualquier problema que aqueja a la región. Culajay ha dejado claro que no tiene intención de involucrarse en el asunto, y con sus solas palabras ha puesto en evidencia que la organización tiene fines particulares muy alejados del activismo ambiental real.
El detonante ha sido una convocatoria para manifestar en la que desde la Coordinadora se aseguraba que había sido organizada por “autoridades y líderes” de la región. Algo que es falso. Es común que este tipo de grupos busquen robar los nombres de otras personas para dar notoriedad a su actividad, cuando en realidad no gozan del aval de todos los pobladores y vecinos.
Actores con intereses oscuros
Culajay ha mencionado que recibe llamadas de una persona llamada “Suzanne”, a quien no ha podido identificar por apellido, pero de cuyo nombre es posible deducir el de la señora Suzanne Margarite Brichaux Molina, una empresaria extranjera expulsada por la puerta de atrás del Movimiento Semilla por lo que parecen ser hasta diez hechos distintos.
Samuel Pérez, Secretario General del Movimiento Semilla y actual diputado de esa organización dijo en una entrevista que Brichaux “está acusada de distintos hechos como difamación, usurpación de funciones, también por conducta antidemocrática, tomando decisiones en representación de una estructura territorial sin consenso con las bases”.
Si estos, y otros dirigentes de dudosa honorabilidad, son los que manejan las intervenciones de la Coordinadora, es sencillamente imposible creer más mentiras y declaraciones falsas hechas con la intención deliberada de engañar a la opinión pública y postularse como opciones políticas futuras.
Este tipo de manipulación se distingue del activismo de larga data, que supone una verdadera preocupación por la comunidad, y lo que es simplemente hacer del trabajo de alguien más una plataforma política, un escaparate para mantenerse vigente en la lucha por el poder.
Las mentiras son moralmente dañinas por dos razones. Primero, porque corrompen la cualidad más importante del ser humano: la capacidad para tomar decisiones racionales y libres. Cada mentira que se dice contradice la parte de la persona que le da valor moral.
En segundo lugar, las mentiras roban a los demás de su libertad para elegir racionalmente. Cuando la mentira lleva a la gente a decidir de manera distinta que si hubieran sabido la verdad, se he dañado su dignidad y autonomía humanas.